jueves, 26 de abril de 2007

Siento la suavidad de las palabras olvidadas

(Desdén, pizpireta, charleta, dislate, postular, bochinche, añazaga, cachibate, botarate...)

La originalidad no tiene por qué estar reñida con la buena información. Se puede ser riguroso y contar la actualidad de una manera diferente. Y entretenida. Arriesgar debería ser el objetivo de cadenas un tanto olvidadas por todos como el 33 o La 2. Pongamos, por ejemplo, el caso de "La 2 Noticias" en su emisión del 23 de Abril.

En menos de media hora hay tiempo para "todo": para Yeltsin, para Irán, para el 11-M, para el cambio climático, para el batería de Blur, para los versos de Gamoneda sobre la suavidad de las palabras, para el "partido de los ciudadanos agobiados y cabreados" (CAyC), para los libros y las rosas... y para las inciciativas como "Apadrina una palabra en vías de extinción".

(oups! sin tiempo para los deportes...)

Vale, ¿cómo se lo contamos al espectador? Pues con más minireportajes que crónicas (sin stand-ups), primando la imágen y sus sonidos originales (acompañados de alguna breve referencia escrita), sin subtitular, con cierta variedad de noticias y con mucho ritmo.

(Entre lo que se quiere y lo que se puede)

Y así es como en vez de explicar que existe una iniciativa para apadrinar palabras, nos dedicamos a utilizarlas a lo largo del informativo y a hacérselo notar al espectador. Una manera inteligente, divertida y original de comentar la actualidad y de interactuar con el público. De utilizar la libertad de los más pequeños.

(Total, para quién les va a mirar... )

2 comentarios:

sirag nabih dijo...

grande

Toni Muñoz dijo...

Las palabras tienen que ser capaces de transmitir algo, es decir, deben ser instrumentos al sevicio del ciudadano con el objetivo comunicar algo entendible a una audiencia. En el momento que esas palabras pierden su función, su existencia per se y la razón por la cual fueron creadas, tambien se extinguen. La riqueza linguistica se va generando dia a dia y no cuando una plataforma decida reciclar los vocablos de antaño. Aúnsiquiera, gustóme el susodicho artículo...